
Cristina Moreno, protagonista de “Soltera Otra Vez”, y Susan
Mayer son esas mujeres que no existen en la realidad y nadie en su sano juicio
se identificaría con ellas: son torpes, dependientes afectivamente, gritonas,
ingenuas, impulsivas y siempre hacen un esfuerzo por tomar las peores
decisiones de vida. Aun así, las amamos y sus personajes tienen una respuesta
más que positiva entre el público femenino.
¿Mi teoría frente a este éxito?: no es que a las mujeres nos
gusten estos personajes porque nos sentimos identificadas con ellos, más bien
nos divierte pensar que hay mujeres tan estúpidas y nos contenta sentirnos lejos
de ser una de ellas.
Cristina, si nos
ponemos serios y graves, avergüenza al género femenino. No ha aprendido
nada de sus experiencias pasadas y es la misma mujer ingenua de la temporada
anterior. De nada le sirvió pasar por el dolor de ser engañada y su soltería
sólo le valió para ser más dependiente de los hombres, mostrándoles a sus
televidentes que las mujeres sin pareja son unos fiascos máximos y destinados a
vivir una vida que se cae a pedazos en
un mundo donde sólo “ser felices para siempre” sirve.
“Soltera Otra Vez” ya superó mi aguante de la estupidez
televisiva, y es que si Susan Mayer a ratos resultaba desagradable, a Cristina
y Paz Bascuñán no las aguanto. Y ojo que no culpo a Paz, si no a Herval Abreu, director de la serie, por las escenas mal
logradas de la segunda temporada, las que no pasan de ser estúpidamente chistosas
y solo que se quedan en estúpidas e inverosímiles hasta para el género de
comedia. Tan absurdas que no dan ganas ni de reírse.
La segunda temporada de “Soltera Otra Vez”, es una copia
exagerada de su versión anterior y lo menos original del mundo frente a Esposas
Desesperadas. El rating también está dejando mucho que desear para la que fuera
la serie revelación del año 2012 y levantara el área dramática de Canal 13. Tanto
así, que no habrá una tercera temporada,
siendo este el final y única oportunidad para reivindicar a Cristina Moreno.